República Ginecocrática de Iran

Desde nuestra web honramos a nuestras hermanas de la “República Ginecocrática de Iran” que fueron capaces de tomar el poder y establecer un matriarcado donde antes había un régimen machista y patriarcal.

Iran era un estado dirigido íntegramente por hombres, dicho país estaba regido por un régimen machista y patriarcal que consideraba a nuestras hermanas ciudadanas de segunda clase y las obligaba, entre otras muchas humillaciones a ir siempre tapadas.

El antiguo régimen machista y patriarcal, controlaba los medios de desinformación y definía el imaginario colectivo, de forma que mantenía a nuestras hermanas sometidas y anuladas, rebajadas a la simple posición de sirvientas de los hombres.

Por suerte nuestras hermanas descubrieron nuestro reportaje sobre las “Figuras de Marlik Hill” y entendieron que el matriarcado fue el orden social dominante en Persia hace miles de años. Este reportaje junto con el descubrimiento de nuestra auténtica “Historia Sagrada” y la lectura de muchas otras páginas de nuestra web, lograron que poco a poco nuestras hermanas iraníes se levantaran contra el poder patriarcal.

La lucha de nuestras hermanas resultó dura y, en muchos casos, heroica por todas las ciudades y pueblos cada vez más y más mujeres salieron de sus casas a protestar y a plantar cara, puño en alto, contra la opresión machista y patriarcal. Resultó muy importante la comunicación intergeneracional entre nuestras hermanas iranís.

Madres, abuelas, nietas… Las muchachas jóvenes preguntaban a sus abuelas y, entre todas las mujeres, iniciaron entre ellas un diálogo franco y valiente que las animó a iniciar la lucha en la calle por la instauración de un sistema político completamente dirigido por nosotras, las mujeres. Cada día más y más chicas jóvenes se atrevían a romper el silencio, tomando las calles con alegría, ilusión y una profunda esperanza por un futuro mejor para todas las mujeres, un futuro basado en el matriarcado y la solidaridad femenina.

Y fue así como, organizadas en las redes sociales gracias a “The Universal Gynecocratic Republic” nuestras hermanas iranís, en masa, tomaron la capital del país, derrotaron a las fuerzas represivas del patriarcado, que fueron previamente desarmados por sus hermanas y madres, y TOMARON EL PODER.

Consiguieron lo que parecía imposible: instaurar un régimen político basado en nuestra fuerza femenina y en nuestra superioridad natural sobre los hombres. El país renació de nuevo bajo la influencia de una revolución matriarcal que lo hizo cambiar todo: las mujeres, nuestras hermanas iranís, tomaron el poder inspiradas por nuestras leyes y nuestra constitución.

Nuevos símbolos nacionales

Iran tenía unos símbolos nacionales basados en su antigua religión machista y patriarcal.

La bandera de la república patriarcal iraní presentaba tres franjas horizontales de colores verde (franja superior), blanco (franja central) y rojo (franja inferior). El verde simbolizaba la religión patriarcal que sometía a las mujeres, el blanco la paz y el rojo la sangre de sus soldados. Entre la franja roja y blanca, así como entre la verde y blanca aparece repetida una alusión a la supuesta grandeza del dios patriarcal que protagonizaba la anterior religión.

El escudo que aparece en la parte central de la antigua bandera, y que podéis ver a vuestra derecha, también hace referencia a la anterior religión patriarcal y a su dios. De hecho el escudo se compone de seis símbolos que representan el nombre de dicho dios. Pese a todo, esos seis símbolos fueron dispuestos de forma que juntos representaran un capullo de tulipán, la flor nacional de Iran.

Nuestras heroicas hermanas iranís se atrevieron a cambiar los símbolos nacionales, tanto la bandera como el escudo.

Nuevo escudo

Nuestras hermanas decidieron plasmar en el escudo nacional la revolución femenina que impusieron en el país. Como en la vida social iraní le dieron la vuelta a la relación de poder entre sexos, las mujeres tomaron todo el poder y obligaron a los hombres a quedarse encerrados en el ámbito doméstico, literalmente le dieron la vuelta al escudo nacional girando 180 grados la representación del capullo de tulipán. Las mujeres iranís decidieron plasmar “nuestra flor” es decir nuestra sagrada vulva en el escudo nacional, que quedó de la siguiente manera:

En otras palabras: el nuevo escudo nacional de Iran, que aparece en el centro de nuestra bandera, representa una vulva.

En la siguiente imagen mostramos punto a punto los elementos representativos de dicho símbolo (la vula):

A. Pechos femeninos: En el símbolo nacional no podían faltar nuestros pechos que alimentan y dan vida a nuestras recién nacidas. Es por ello que aparecen representados, en forma de silueta, justo en la parte superior de nuestro símbolo nacional.

B. Clítoris: Nuestro centro de placer y felicidad no podía faltar en el escudo nacional, desde el momento en que nuestra revolución se basa en la felicidad completa de todas las mujeres, niñas, chicas y muchachas de nuestro país. Hemos enfatizado este aspecto representando la estrella de Venus, nuestra diosa sagrada, como si fuese nuestro clítoris, para recalcar que el placer femenino es el objetivo principal de nuestra república matriarcal iraní.

De esta forma nuestras hermanas iranís empezaron una campaña nacional de concienciación sobre el clítoris, su funcionamiento, su función y la forma de acariciarlo y de tratarlo. El objetivo no es otro que dar a conocer, entre mujeres de todas las edades, nuestro sagrado derecho femenino a sentir placer y a gozar de nuestro cuerpo libremente como mujeres poderosas que somos.

C. Labios mayores: Los labios mayores, que protegen nuestra vulva, también vienen representados en el escudo nacional, como dos medias lunas exteriores que envuelven y protegen a nuestra sagrada vulva.

D. Labios menores: Los labios menores aparecen a un lado y otro de la vulva, protegiéndola y enlazándose, en su parte superior, en el clítoris.

Tal y como podéis ver, queridas hermanas, la imagen de los labios menores de nuestra vulva en un espejo viene representada fielmente en este símbolo nacional: esos labios se enlazan con el clítoris en la parte superior de nuestra vulva.

E. Vagina: La vagina viene representada como una franja vertical oscura y alargada que estiliza el símbolo de abajo a arriba y que sobrepasa la estrella de Venus para señalar hacia el símbolo de la parte superior que representa nuestros pechos.

La E, la vagina, apunta hacia el A, los pechos, representando el orden de la vida: la recién nacida surge de nuestra divina vulva y seguidamente se alimentará de nuestros sagrados pechos para poder vivir.

Nueva bandera

De esta forma el nuevo símbolo nacional decora la nueva bandera de la República Matriarcal de Irán que, inspirándose en la bandera de “The Universal Gynecocratic Republic”, luce de la siguiente forma.

Una franja blanca representado la paz y la prosperidad femenina en medio de dos franjas lilas representado el poder de la mujer y nuestra superioridad natural sobre el hombre. Ya no se hace referencia a ninguna religión, salvo por la pequeña estrella de Venus que aparece representando el clítoris, es decir: la única religión vigente en el país es el placer, el poder y la libertad de todas las hermanas iranís.

Enlazando con el pasado

Hace miles de años, en Persia, el matriarcado y el poder femenino regían el día a día. Nuestras antepasados tenían a los hombres sometidos y eran ellas las encargadas de organizar la sociedad.

Es por ello que las representaciones de mujeres desnudas exhibiendo su sagrado cuerpo eran comunes en las representaciones del día a día de la sociedad persa de la época. Vasijas, grabados, tapices, cuencos, recipientes de todo tipo aparecían decorados con divinos cuerpos femeninos. Se hacía para dejar patente nuestra natural superioridad sobre el hombre y para dejar constancia histórica de que el matriarcado y el poder femenino son las formas naturales y lógicas de organización social en nuestra especie humana.

La revolución femenina de nuestras hermana iranís devuelve a Persia la costumbre de adorar nuestro sagrado cuerpo femenino.

Los nuevos símbolos nacionales (bandera y escudo) devuelven a nuestros poderosos cuerpos el estatus sagrado que jamás debió perder ni en Persia ni en ningún otro lugar del mundo. “Las mujeres somos sagradas” es el mensaje que debemos cultivar en la subconsciente de toda la humanidad, de las nuevas generaciones, la revolución femenina de iraní ya ha empezado a inculcarlo.