Estructura religiosa

La estructura espiritual es entendida como el tipo de organización religiosa que tiene “The Universal Gynecocratic Republic”.

Tal y como dicta la estructura espiritual, dependiendo de como esté poblada la comunidad habrán una, dos, tres… hasta ocho sacerdotisas supremas que actuarán como consejeras mayores de las sacerdotisas. Al mismo tiempo por cada suprema habrán entre cuatro y ocho sacerdotisas que darán consejo a las mujeres, y a las chicas adolescentes, de la comunidad, además de guiar a las jóvenes aspirantes a sacerdotisa, las conocidas como “venéreas” o “señaladas por Venus, la diosa”.

De chica a venerea.

Las chicas que deseen aspirar a convertirse en venereas deben haber cumplido la edad legal correspondiente (16 años) y deben mostrar algún talento especial a una, o varias, sacerdotisas, algún tipo de cualidad especial que certifique haber nacido “señalada por la diosa Venus”. Puede ser algún tipo de habilidad física, intelectual, moral o mental, algún don que destaque por encima de lo normal. La sacerdotisa considerará si dicha cualidad (o cualidades) podría ser considerada como una virtud de origen divino y, si así lo considera, sugerirá y defenderá la candidatura de la joven muchacha ante el consejo supremo (un consejo formado por sacerdotisas supremas). El consejo supremo siempre tendrá la última palabra en la organización de la estructura espiritual y será quien considere y juzgue las cualidades de la joven mujer para tomar una decisión definitiva sobre si la aspirante ha nacido realmente “señalada por Venus” y, por lo tanto, si será, o no, venérea.

Venérea realizando un ritual sagrado en honor de la diosa Venus.

De venérea a sacerdotisa.

La venerea vivirá un mínimo de ocho años en los “moles”, centros de clausura en los que las venereas son preparadas y formadas por las sacerdotisas durante todo ese tiempo. Durante esos años las venereas deben superar ocho etapas, una por cada año. Las primeras cuatro etapas serán dedicadas al conocimiento espiritual y cultural. Las siguientes cuatro etapas consistirán en proyectos que las venereas deberán desarrollar. Estos proyectos se basarán en el desarrollo de ideas enfocadas en el fomento de la cultura ginecocrática y en el desarrollo de las estructuras matriarcales alrededor del mundo. Además de incentivar el conocimiento de la verdadera historia sagrada en las sociedades retrógradas y atrasadas de carácter patriarcal que todavía se conservan en el mundo de forma residual.

De sacerdotisa a suprema. 

Ocho sacerdotisas supremas, mujeres de larga experiencia en la organización de comuniones lunares, se reúnen a menudo para decidir qué aspirantes a sacerdotisas obtendrán el grado de suprema.

Sacerditisas, piezas fundamentales en la estructura religiosa, acudiendo al mensual ritual sagrado de adoración a Selene, la luna.

Las sacerdotisas deben organizar un ritual de bautismo a la luz de la luna llena puesto que el grado de “suprema” se considera el eslabón más cercano a la diosa Venus que puede alcanzarse.

Ambas, supremas y sacerdotisas, además de venéreas, tienen muy claro que la religión se someterá siempre a los intereses de “The Universal Gynecocratic Republic”. Todas las mujeres de la República tienen claro que religión y política quedan como ámbitos separados, como estamentos totalmente independientes uno del otro. Es por ello que ejercer como sacerdotisa no es incompatible con el desarrollo de un trabajo en el sector público. Por ejemplo una sacerdotisa puede combinar su condición religiosa con alguna profesión como pueda ser maestra, alcaldesa, policía… De hecho la mayoría de sacerdotisas lo hacen sin problema alguno.

Las sacerdotisas adoran a la luna llena una vez al mes en un ritual secreto y sagrado en el que, de noche, las mujeres adoran al divino astro en completa hermandad.

Las comuniones lunares se llevan a cabo en las noches de luna llena mediante la unión de todas las hermanas sacerdotisas.

Las nuevas sacerdotisas deben someterse a un ritual de bienvenida en plena naturaleza, en un lugar secreto, dicho ritual está reservado a las mujeres, ningún hombre puede ser testigo, bajo pena de sacrificio que será decidido y realizado por el consejo de las ocho sacerdotisas supremas. Dicho sacrificio y ejecución se llevará a cabo de forma pública delante de todos los hombres para que los machos tengan siempre en cuenta las terribles consecuencias de atreverse a realizar una ofensa tan imperdonable.

Atención: ¿Te gustaría convertirte en ciudadano de “The Universal Gynecocratic Republic”?