Los bonobos

Nuestras hermanas biólogas se han desplazado hasta la República Democrática del Congo para estudiar el comportamiento social de “Los bonobos” la famosa especie de primates que se organizan en una estructura social basada en el matriarcado igual que nosotras.

Seguidamente os informamos del trabajo realizado y las conclusiones a las que han llegado. Ya avanzamos que nuestras hermanas han quedado gratamente sorprendidas por los descubrimientos hechos después de semanas de investigación sobre el terreno.

Distribución geográfica

El bonobo se extiendo en un área de 500.000 km² al sur del “Rio Congo” en el África Central.

Sus parientes más cercanos, los chimpancés, mucho más violentos y agresivos que los bonobos, habitan la orilla norte de este río y se organizan según las reglas del patriarcado.

Estructura social

Los bonobos se organizan mediante grupos matriarcales en los que conviven las hembras con sus respectivas crías formando manadas cerradas en un territorio concreto. Los machos, en grupo, van a buscar comida para, sin comerla siquiera en parte, entregarla al grupo cerrado de hembras y crías.

Una vez que la manada de hembras tiene la “despensa” llena, dejan primero que se alimenten las crías para después comer ellas hasta saciarse y guardar los restos de la comida que ya no pueden digerir por quedar completamente saciadas.

Comportamiento sexual y alimentación

Una vez que sus estómagos se han llenado y han calmado el hambre, las hembras bonobo sacian también su apetito sexual acariciándose entre ellas y amándose.

Después descansan un rato, hacen una especie de “siesta” para recuperar fuerzas, y cuando vuelven a activarse emiten gritos guturales de aviso a los grupos de machos para que se acerquen a comer las sobras que ellas, y sus crías, han dejado.

Es entonces cuando reciben la visita de grupos de machos de OTROS matriarcados que intentan acceder a esa comida. El grupo de machos propio, el que por la mañana les trajo el alimento, desaparece en búsqueda de otros grupos matriarcales de los que alimentarse.

Pero para acceder a ese alimento las hembras exigen a esos machos forasteros favores sexuales: en concreto sexo oral, es decir, cunnilingus. Una vez pasan la prueba del sexo oral, los que la superan, pasan a comer y, después de comer, las hembras que están en celo, los copulan de forma fría y automática, de alguna forma se podría decir que les “sacan” el esperma.

La mayoría de veces no todos los machos del grupo pasan la prueba del sexo oral y, por tanto, algunos se quedan fuera del círculo mirando como sus compañeros más hábiles con el cunnilingus comen los restos que las hembras dejaron. Si tienen oportunidad, probarán suerte en otros grupos y, de no tener éxito en ningún grupo matriarcal, se quedarán sin comer, de esta forma se esforzarán más haciendo el cunnilingus la próxima vez.

Comida

El comportamiento de los bonobos en cuanto a la jerarquía alimenticia se puede resumir de la siguiente forma: las primeras en comer son las crías, después comen las hembras para (después de que estas se relacionen afectivamente entre ellas) finalmente coman los machos que previamente demuestren su habilidad con el sexo oral o cunnilingus.

Como los machos siempre comen las sobras que dejan las hembras y sus crías, ellas siempre se quedan saciadas y ellos con hambre, por tanto al día siguiente vuelven a ser los machos los que salen a buscar comida. Pero, como hemos dicho, lo curioso es que, aún teniendo hambre, jamás comen lo que cogen, o encuentran, sino que lo llevan obedientemente al nido matriarcal para dejar esa comida bajo la autoridad de las monas bonobo. Nuestras hermanas investigadoras barajan la posibilidad de que alguna hormona presente en el flujo vaginal de las hembras bonobo provoque un efecto de bloqueo del apetito en los bonobos macho para, de esta forma, controlar el hambre cuando están recolectando comida para su núcleo matriarcal y así transportarlo intacto al nido matriarcal.

Los grupos masculinos buscan comida para su matriarcado toda la mañana, por la tarde buscan a un grupo femenino externo para poder comer lo que puedan y ser “ordeñados” por las hembras. Por la noche los grupos de machos vuelven a su matriarcado propio pero machos y hembras duermen separados. El grupo masculino duerme siempre fuera del núcleo femenino pero a poca distancia de este.

Comportamiento en la cópula

Este sistema de relacionarse resulta perfecto, pues se asegura la no consanguinidad, ya que los grupos de machos buscan otros grupos de hembras donde ir a comer. Se asegura un control absoluto y total de las hembras sobre los machos, un matriarcado perfecto. El poder y la influencia psicológica de la hembra es tan fuerte que los macho, incluso los que no han comido, jamás ingieren comida fuera del círculo matriarcal aunque sean ellos mismos los que la recogen.

Crías

Las crías hembras se quedan en el grupo matriarcal aprendiendo las técnicas de sus madres y abuelas. En cambio las crías macho enseguida que adquieren un poco de habilidad salen a recolectar comida con el grupo de machos adultos.

De esta forma las hembras bonobo transmite de generación en generación sus habilidades en el control y dominio de sus machos y en la práctica de la solidaridad femenina.

Solidaridad entre grupos de hembras.

Un comportamiento curioso que sorprendió gratamente a nuestras investigadoras fue el carácter solidario entre los grupos matriarcales. Cuando uno de esos grupos recibía mucha comida de su grupo masculino, una de las hembras visitaba los matriarcados vecinos y, si veía que tenían poca comida les llevaba, compartía el exceso de comida con ellas, para más o menos estar igualadas en recursos.

También vieron como unos grupos matriarcales adoptaban a las crían femeninas de otros grupos para tener un equilibrio generacional, incluso se prestaban, entre los grupos a individuos masculinos como forma de solidaridad. Parecía como si el cerebro femenino fuese capaz de entender conceptos como “equilibrio”, “justicia” o “solidaridad” algo que, a todas luces los bonobos machos eran incapaces de comprender.

Ámbito territorial.

Los grupos matriarcales van cambiando su territorio una vez al mes más o menos. De hecho al amanecer después de cada con cada luna llena, el grupo de hembras , junto a sus crías, parte en busca de nuevos territorios y el grupo de machos los sigue sumisamente. De esta forma, periódicamente, las hembras bonobo cambian de vecinas.

Sorprende que, siendo animales, las hembras se sienten atraídas no ya por las hormonas o por el olor como en todas las especies de mamíferos, sino por la habilidad de practicar el sexo oral de sus compañeros machos. El cunnilingus se utiliza como moneda de cambio en el comercio del excedente de alimento.

Adult female Bonobo resting in the grass.

Lecciones

¿Qué podemos aprender, nosotras las mujeres, del comportamiento de las hembras bonobo?

A nuestras hermanas biólogas les sorprendió gratamente que las hembras bonobo jamás castigaban a los machos, no necesitaban hacerlo, tenían una estructura matriarcal tan bien organizada que los machos se sometían a ella de forma natural y jamás se rebelaban, por tanto las hembras no necesitaban utilizar la violencia, ni física ni gestual ni actitudinal en sus relaciones ni entre ellas ni con los machos. ¿A qué puede ser debido?

Destacamos tres diferencias esenciales entre mujeres y hembras bonobo, entre el matriarcado bonobo y el humano :

a) Las hembras están siempre juntas entre ellas y con las crías, existe una separación clara entre hembras y machos. Como ya hemos dicho machos y hembras no duermen juntos.

b) Las hembras no se sientes amenazadas por el hecho de que los machos estén juntos y vayan en grupo a por comida y a satisfacer con sexo oral a otros grupos matriarcales, pues entre esos grupos matriarcales existe una solidaridad y complicidad sin fisuras.

c) A diario los machos bonobos entienden dos cosas básicas:

  1. que el alimento que encuentran en la naturaleza PERTENECE al grupo matriarcal y, por tanto, lo transportan al nido femenino.
  2. que para acceder al alimento deben satisfacer a las hembras mediante el sexo oral.

En 1 el macho actúa realizando una función básica, pues no se plantea la posibilidad de ingerir ese alimento aunque tenga hambre, en 2 el macho sí entiende que debe pagar un precio para disfrutar de esas sobras alimenticias que dejan las hembras.

Tal vez las hembras bonobo nos enseñan que las mujeres debemos tener menos miedo a dejar que los hombres se junten entre ellos pues llegará un día en que el cerebro masculino humano acepte su rol en la vida. La clave está en el sexo oral, a base de practicarlo el hombre aceptará su rol tarde o temprano.